viernes, noviembre 30, 2007

El Pelota Felisin



Comic creado por un compañero veterinario, Pepe González, felizmente licenciado ya hace unos añitos.

jueves, noviembre 22, 2007

La Anamnesis (I)


Detrás de esta palabreja, incomprensible para muchos, se esconde simplemente la recogida de datos que el veterinario toma para comenzar la historia clínica de un animal.
Es un proceso tan importante como la exploración clínica, o las pruebas complementarias, que persigue recapitular información sobre todas las circunstancias espaciales y temporales que rodean a la mascota.
Y además, es una fase del proceso clínico en la que el propietario es clave.

Este post y su continuación pretenden ser una pequeña guia de consejos útiles para propietarios concienciados con su participación en la cura de su animal. Aunque la mayoría de ellos se refieren a perros y gatos, pueden entenderse para cualquier tipo de mascota enferma. Un veterinario siempre agradecerá los datos completos y lo más exactos posible acerca del animal que esté tratando.

¿QUIÉN VA AL VETERINARIO?
Aunque parezca una decisión banal, la persona que acude a la clínica es el nexo de union entre el veterinario y el animal, ya que desgraciadamente, estos últimos no hablan. Siempre ha de ser la persona más cercana, la que pase mas tiempo con el y por lo tanto le conozca mejor. En el caso de que sea un niño mayor él que cuide de el, es conveniente que vaya él mismo a la clínica, eso sí, acompañado por un adulto.
Esto es así por dos motivos: En primer lugar, el animal estará más confiado y tranquilo si es la persona de confianza quien le acompaña y sujeta. En segundo lugar y no menos importante, porque es esta persona quien conoce mejor los detalles y es capaz de recordar más datos.

Aunque el veterinario lo pregunte, es conveniente recordar antes de acudir a la clínica, los siguientes datos:

ESPECIE
Obviamente no es necesario en el caso de perros y gatos, pero especialmente con reptiles y pájaros poco comunes, ayudará conocer el género y la especie del animal, ya que no siempre existe bibliografía especializada, y así el tratamiento será más exacto.

EDAD
Saber los años que tiene un perro, o los meses de un cachorro, aunque sea de forma aproximada, si se trata de un animal adoptado ya de adulto, es una información de gran valor para el clínico, puesto que hay patologías que se presentan mayoritaria o exclusivamente a una edad.

ESTILO DE VIDA
¿Vive en un piso o en una casa con jardín? ¿Dónde duerme? ¿Cuántas veces al día sale? ¿Ha cambiado recientemente de casa? ¿Ha habido algún cambio drástico en la familia con la que convive el animal? (nacimiento de un bebe, pérdida de una persona que se ocupaba de él...)¿Viaja con su mascota? ¿Al extranjero? ¿Convive con otros animales de la misma o distinta especie? ¿Lo cepilla y baña habitualmente? ¿Tiene juguetes? ¿De qué tipo? ¿Los utiliza? ¿Hace ejercicio regularmente?
¿Con qué intensidad? ¿Cómo lo tolera el animal? ¿Siempre ha sido así? ¿Se ha escapado alguna vez? En el caso de loros ¿En qué habitación de la casa está colocada la jaula? ¿Qué tránsito de gente hay por ella?...
Éstas y otras preguntas acerca del estilo de vida pueden ser realizadas por el veterinario, por lo que sería conveniente tener claras las respuestas.

ESTADO SEXUAL
¿Está castrado/a? ¿Desde hace cuánto? Si no lo está, en el caso de las hembras ¿Cuándo ha tenido el último celo? (¡ojo! información muy relevante para saber el momento del ciclo en el que se encuentra el animal, o en hurones predecir la gravedad de ciertas patologías y la urgencia de su tratamiento. Anotar la fecha siempre) ¿Ha tenido camadas? ¿Cuántas veces? ¿Cuántos cachorros tuvo? ¿Tuvo algún problema en la gestación o el parto?

ALIMENTACIÓN.
No sólo hay que saber lo que come (en el caso de perros, saber la marca del pienso nos permite conocer la composición de la proteina, fundamental en el tratamiento de alergias alimentarias) sino también cuánto come. Es muy útil pesar la medida que se utilice para marcar la cantidad diaria, ya que esto permite trabajar con datos exactos y no solo aproximados.
También es importante mencionar los alimentos ocasionales, el tipo de chucherías que se le da como premio, y en general cualquier cosa que el animal haya podido tragar (como por ejemplo, un gato que ha cazado un pájaro y ha comido parte de él). Las alteraciones del apetito observadas también forman parte de este apartado: Animales que comen más o menos de lo normal, que ingieren sustancias anormales como arena, o sus propias heces, o hierba.(No. No es normal que un perro "se purgue". Es indicativo de enfermedad) Por supuesto también es importante mencionar si tenemos conocimiento de que la mascota haya podido ingerir algún cuerpo extraño, tales como fragmentos de juguetes, calcetines, chapas o huesos (¡Muy peligrosos! Evitarlos a toda costa)
Nota aparte merece la bebida. Es un síntoma clave y de vital importancia la llamada polidipsia (animales que beben mas de lo normal) en muchas patologías comunes en la clínica. Si se conoce el dato de cuánto bebe un animal aproximadamente en 24 horas, se pueden detectar alteraciones de ese patrón, y además en el caso de algunas aves y reptiles administrar fármacos en el agua de bebida con una cierta seguridad en cuanto a la dosis.

me-Make-me


Enviaré un regalo hecho a mano a las primeras TRES personas, animales o cosas que contesten a este post, pero éstas tienen que comprometerse a hacer lo mismo en el suyo…¿En cuánto tiempo? ¡en 365 días! ¿Y qué hay que enviar? Cualquier cosa hecha a mano vale, bufandas, ganchillo, punto de cruz, decoupage, bisutería, cestería, tarjetería, ropa, lo que sea, pero hecho artesanalmente y por mí. Eso si, ¡las tres personas elegidas deben comprometerse a hacer lo mismo en su blog!"

Vaya ejemplitos... si alguien sabe lo que es el decoupage (no vale googlear, tramposos) que me lo diga, por favor...
Me llegó el memé de DaNi


miércoles, noviembre 21, 2007

Kittlers


Internet, paraiso de los freaks.
También de los freaks-dueños de mascotas.

Hoy en sus pantallas...¡Gatos que se parecen a Hitler!

http://www.catsthatlooklikehitler.com

*y recordad: El gato no tiene la culpa.

martes, noviembre 20, 2007

Epilepsia vs convulsiones


Todos tenemos una idea más o menos clara acerca de la epilepsia en los seres humanos, bien sea porque conocemos a alguien con este problema, bien porque ha sido tratado ampliamente en el cine ("¡Una cucharilla para que no se muerda la lengua!", etc) pero...¿qué sucede con los animales de compañía? ¿Pueden padecer este problema? ¿Cómo se manifiesta?

Lo creais o no, es un problema relativamente frecuente en la clínica de pequeños animales. Entre un 0,5 y un 5 % de los perros pueden padecerla, y estos no son todos los que presentan convulsiones. Así que en primer lugar vamos a ver la diferencia entre una y otra cosa, ya que TODOS los animales que padecen epilepsia la manifestarán en forma de síndromes convulsivos, pero NO TODAS las convulsiones son a causa de la epilepsia.

Una convulsión es un trastorno de la función cerebral (una descarga eléctrica anormal en los potenciales de acción de las neuronas) que por definición es paroxística (que aparece bruscamente) transitoria (no es un trastorno cerebral continuo, como pudiera ser por ejemplo los temblores en la enfermedad de Parkinson), estereotipada (con un patron de movimientos fijo, repetido una y otra vez) e involuntaria. Las causas son complejas, pero pueden resumirse en una alteración de los neurotransmisores (las sustancias que las neuronas utilizan para comunicarse las unas con las otras) y un desequilibrio de estos con pérdida de neurotransmisores inhibidores en favor de los excitadores.
Las convulsiones producen alteraciones a tres niveles:
-en el nivel de consciencia
-motoras
-en el sistema nervioso autónomo.
En función de la magnitud de estos problemas, y su diferente participación en el proceso, podremos observar varios tipos de convulsiones, desde fases alternas de contracción-relajación en todo el cuerpo del animal, hasta convulsiones sin movimientos musculares (que se confunden con síncopes o desmayos), pasando por convulsiones parciales (al animal sólo se le mueve una pata) o las llamadas complejas parciales, en las que la alteración del lóbulo temporal produce alteraciones sensoriales (sonidos, visiones extrañas) que en el caso de un perro podremos ver como un comportamiento alterado.
Algunas intoxicaciones y problemas metabólicos (por ejemplo, la hipoglucemia en un animal escapado, que no ha comido en muchos dias, o que no come por cualquier otra causa) pueden producir convulsiones sin ser epilepsia, y asi mismo, es fácil confundir este tipo de problemas con síncopes, o si el animal tiene un proceso muy doloroso abdominal o de columna, con la manifestación de este dolor. Por todo esto, es muy importante que el diagnóstico lo realice un veterinario, puesto que la convulsión es un síntoma que nos está avisando de que puede existir un problema mayor, que debe ser tratado.

La epilepsia es un síndrome convulsivo con causa primaria (el problema) en la propia corteza cerebral, y de curso recurrente, lo que quiere decir que las crisis se producen periodicamente y no se trata de un solo episodio aislado.
Podemos distinguir entre dos tipos de epilepsia:
-La epilepsia idiopática o verdadera: Muy poco frecuente en el gato. Cuando no encontramos ninguna causa.
-La epilepsia secundaria o síntomática: causada por malformaciones congénitas (en cachorros) traumatismos craneales (perros atropellados, gatos caidos de pisos altos...) infecciones, tumores, infartos cerebrales...

En el primer caso, los síntomas que podemos reconocer como propietarios son un comportamiento anormal del animal previo a la crisis, tras el cual el animal se desploma (normalmente de lado) y seguidamente una rigidez general de todos los músculos, a la que siguen fases alternas de contracción-relajación. Además, es común un babeo exagerado, o que el animal se orine encima. Las crisis duran de 1 a 3 minutos, y la recuperación será más larga en función de la intensidad y duración de la crisis.

En el segundo caso, podemos observar diferentes tipos de convulsiones con mayor o menor intensidad, en función de la causa y de la zona del sistema nervioso que se vea afectada.

El tratamiento persigue disminuir la frecuencia, duración y severidad de las crisis, no su desaparición ya que desgraciadamente esto no es posible. A veces es un tratamiento de por vida, pero en función de la respuesta clínica del animal, en ocasiones es posible disminuir las dosis e ir retirándolo paulatinamente. En todo caso es muy importante que el animal esté controlado por su veterinario, y que se cumplan puntualmente los controles que este prescriba.
En el caso de la epilepsia secundaria, no sirve de nada controlar las convulsiones si no se ataca a la causa primaria (el tumor, la infección...) ya que estas solo son un aviso de que algo falla por debajo.

El tratamiento es urgente si se observan:
-2 ó más crisis en un mes.
-Crisis en rachas (varias en un solo día)
-Crisis que ponen en peligro la vida del animal, aunque sean aisladas
-Crisis de más de 5 minutos de duración.